De mudanzas, por Mar

Hace poco me cambié de casa. Creía que me volvía loca de alegría porque me cambié para una zona donde vivía de pequeña con mis padres y hermanos.

 Nunca creí que me cambiaría a esta casa, porque tuve otros lugares donde viví.

La mudanza transcurrió  por la mañana temprano. Hacía una mañana calurosa o eso me pareció a mí. Tuvo ya una incidencia a primera hora, no teníamos la llave de la verja por donde tenían que ir los muebles, después de indagar donde estaba, mi hermana dio en el tino, estaba en el llavero general.

Los muebles estaban ya elegidos porque reutilicé los que tenía mi madre que la verdad quedaron, después de darle muchas vueltas, bastante bien y por supuesto me llevé mi habitación, que quedó fenomenal.

Los problemas típicos de una mudanza: esto lo colocamos aquí, esto donde, …

Me da pena haber dejado cosas en casa de mi madre, sobre todo lámparas que en el piso quedan mal, así que tendré que ahorrar para cambiarlas, pero sobre todo me da pena dejar la casa materna pues allí viví toda mi juventud y tengo recuerdos maravillosos como otros no tan agradables, pero comprendí que allí no podía seguir allí yo sola.

Faltan también las cortinas, pero pienso que no tengo prisa ni problemas para cambiarlas.

Como la falta de Internet, que pronto solucionaré como la línea telefónica y también a ver si me arreglan un radiador que pierde agua para enchufar la calefacción, ahora que empieza el frío.

Problemas y más problemas, problemas cuando uno empieza a descargar cajas, ... Menos mal que fui llevando las cosas poco a poco, porque sino el día de la mudanza no tendríamos donde movernos.

Y aun así, con los problemas resueltos la gran mayoría hay que arreglar sino es un papel es otro.

 La verdad que no me puedo quejar porque todo el mundo ayudó en algo, todo el mundo quería participar.