Cambiamos de actividad por una
salida a la Plaza Mayor, para oír como el presidente nos hizo salir de nuestro hastío
con un manifiesto en el cual hablo de nuestra enfermedad.
Transcurrida la mañana nos
dirigimos al quid de la cuestión, que es, cómo no, alimentar primero nuestro
espíritu y después algo fundamental, que es alimentar nuestro cuerpo. Y para
ello nos fuimos a la parrillada Abel donde nos dirigimos en manada deambulando
por las calles de Lugo hasta llegar a nuestro destino, el susodicho restaurante
que nos acogió muy bien y nos permitió la entrada previo pago del menú que
había para aquel día. Una vez dentro nos sentamos todos alrededor de varias
mesas donde nos dispondríamos a comer los participantes.
La carta estaba compuesta por:
-empanada de pulpo
-ensaladilla rusa
-croquetas
-tortilla
Y como no:
El plato principal churrasco y criollo
Postre:
Tarta helada
Y café y chupito
Una vez terminada la faena, cada
mochuelo se dirigió a su olivo, saciado nuestro apetito.
No hubo más que contar. Que fue una velada maravillosa y disfrutamos
de lo lindo en ella. Dicho esto se acabo todo y no hay más que contar.
Fin
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