Empieza una nueva rutina, empieza lo bueno: llega la
excursión a nuestras vidas.
Un cambio en nuestro status social de ser un soltero de oro
a estar casado con la ilusión de una nueva experiencia.
Un viaje lleno de emoción y entretenimiento que nos depara
la mayor de las aventuras con un solo propósito: relajarnos en el balneario. Va
a ser una epopeya destinada a fines no solo terapéuticos sino también
culinarios.
Me divierte la terapia en el agua y me sacio en la
gastronomía, sobre todo en el buffet del desayuno, o sea comiendo me pongo las
botas. El que lea esto pensara que en mi casa no como, pero es que allí se come
el doble y muy bien: sacio mi apetito, algo que no es fácil de conseguir.
También cabe destacar que el encuentro con gentes de otras
asociaciones llena mi espíritu tanto como lo mencionado.
Con lo anteriormente dicho, nada más que destacar de esa excursión donde
lo espero pasar divinamente. Muchas gracias al lector por leerme, espero ser
escueto y también ameno con mis relatos: adiós, muy buenas.
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