El tiempo que no ha de volver, por Juan Carlos


Hace tiempo, unos años atrás cuando mi niñez se fue perdiendo y mis pantalones cortos olvidados quedaron, conocí una mujer, su cuerpo era de fino papel… tan lleno de color y fantasía y su corazón un panal de miel, donde mil bocas comieron y saciaron su sed. Ella era mujer, mucho más que mujer, ahora ya no es nada. Hoy su risa suena cansada, en sus ojos no hay calor y sigue a la gente con la mirada baja. Yo le tendí mi mano…, una y otra vez quise ayudarla, pero sus manos de fina seda con las mías resbalan… resbalan. Ahora ella, al pasar el tiempo, es nada… en su mundo no hay calor ni fantasía, nada…

1 comentario:

Gracias por leer nuestros artículos. Esperamos poder ayudarte a comprender mejor este tipo de enfermedad. Debido a la escasez de tiempo para la gestión diaria del blog, no nos es posible publicarlo ahora, pero agradecemos muchísimo tu comentario y se publicará a lo largo de la semana. ¡Gracias!