Hace
tiempo, unos años atrás cuando mi niñez se fue perdiendo y mis pantalones
cortos olvidados quedaron, conocí una mujer, su cuerpo era de fino papel… tan
lleno de color y fantasía y su corazón un panal de miel, donde mil bocas
comieron y saciaron su sed. Ella era mujer, mucho más que mujer, ahora ya no es
nada. Hoy su risa suena cansada, en sus ojos no hay calor y sigue a la gente
con la mirada baja. Yo le tendí mi mano…, una y otra vez quise ayudarla, pero sus
manos de fina seda con las mías resbalan… resbalan. Ahora ella, al pasar el
tiempo, es nada… en su mundo no hay calor ni fantasía, nada…
Bonita y poética descripción. Y melancólica...
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