La vida en un piso tutelado no es muy diferente a vivir en un piso compartido.
En mi caso llevo viviendo en uno desde octubre y de momento la experiencia es positiva.
Mi primera tutora fue una educadora que está de baja por maternidad, es una chica muy buena y muy positiva; mi segunda tutora fue otra educadora que por otras circunstancias también está de baja y ahora mi tutora es la directora del centro, de momento llevamos poco tiempo con ella pero la experiencia está siendo muy gratificante.
En el piso en un principio éramos cuatro pero ahora se independizó una compañera y somos tres.
Lo que hacemos para hacer la compra es poner bote, el que lo ponemos mi compañera y yo, porque la tercera compañera va por libre, y hacemos la compra una vez a la semana, para hacerla seguimos el siguiente criterio: primero se elabora un menú y después se hace la lista de la compra.
El menú lo hacemos el lunes con la supervisión de la tutora para que tengamos una dieta lo más variada posible.
Con respeto a al limpieza del piso las tareas están repartidas en toda la semana, cada día le toca a una hacer las cosas más básicas y el viernes es cuando se hace la limpieza general la que es también supervisada por la tutora.
En cuanto a las habitaciones se limpian los viernes y la ropa de cama se cambia una vez cada quince días.
Con respecto a mi experiencia en el piso es muy buena he hecho muy buenas migas con mis compañeras, con la que comparto compra nos turnamos para fregar los platos al mediodía los friego yo y a la noche ella, tenemos conversaciones muy agradables y cuando surge algún problema nos aconsejamos lo mejor que podemos, aunque siempre contamos con el apoyo de la tutora del piso para resolverlos.
Mi familia lleva muy bien mi estancia en el piso, en un principio mi padre no estaba muy convencido pero ahora esta encantado porque ha visto lo que yo he mejorado desde que he entrado en él.
Como ya he mencionado yo he mejorado mucho desde que he entrado en el piso, ya había mejorado desde que había entrado en Alume pero entrar en el piso me ha hecho ser más sociable, no solo con mis compañeras del piso sino también me he abierto más con mis compañeros de Alume.
Estar en el piso me ha permitido y me esta permitiendo ampliar formación académica, actualmente estoy realizando un curso en Sarria de Atención sociosanitaria a discapacitados en institucións sociais, el cual no podría realizar sino estuviese viviendo en Lugo.
En definitiva que vivir en un piso tutelado es un experiencia buena, la vigilancia tampoco es para tanto, además te permiten que tengas visitas, y yo en particular estoy muy contenta con la situación que estoy viviendo actualmente.
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