Estas son las percepciones de nuestros chicos y chicas del Museo de Pepe de Pígara, un espacio dividido en varias unidades museísticas alrededor de la casa de Pepe, un guitiricense muy mañoso para construir y restaurar objetos antiguos, y que además los atesora y explica.
Estuvimos muy atentos todo el rato que estuvimos allí sin parar de escuchar a Pepe. Es de las visitas que más disfrutamos.
Empezamos con la introducción de Isa: Pepe de Pígara es un señor que vive en el pueblo de Pígara (de ahí su apodo), y tiene una gran cantidad de antigüedades en su casa: desde coches antiguos hasta máquinas de coser. Llegamos a las once y estuvimos hasta las dos viendo todas esas cosas tan curiosas que tiene. Nos fue explicando para que servían cada una de ellas. Me gustó mucho la visita.
Carmen opina que Pepe es un artista como la copa de un pino, muy preciso, muy informado, atento en todo momento con nosotros, con todas sus antigüedades, muy interesante. Se pueden aprender cosas y con mucha energía: nos atendió sin parar, ni beber agua, ¡nos cansamos todos menos él!
A Laura le gustaron: la carraca (el juguete), la fuente que está haciendo en el jardín, las motos, las radios antiguas, el molino de piedra y la fuente de piedra, y cómo no, los coches: un Mercedes y un 850 Spider rojo, que también llamaron la atención de José Antonio, Isa y Javier que añaden que el museo está muy bonito.
En el caso de Moisés, lo más interesante fueron además de los coches, el xugo, y añade que ahora si se lo pones a unas vacas no saben arar con él, ya que la vida cambió y se trabaja con tractor.
Para Elena lo más llamativo fueron las muñecas y las máquinas de escribir y para Víctor los aparatos de música antiguos.
En lo que coinciden todos es que es una visita que merece la pena.